Torrezoli
Acabo de llegar a casa hace nada después de unas semanas en la residencia dando los últimos coletazos a los exámense, de modo que cada cinco minutos estoy dando paseos a la cocina a picotear un poco de cada cosa que pillo: jamón, queso, chorizo...
Rebuscando por la nevera he descubierto un bote de ali-oli (unos amarillos, de plástico, pequeños, con letras verdes, pese a ser industrial es sabrosísimo; nosotros los compramos en los Mercadona) así que he untado un trozo de pan y mientras salía he abierto un armario encontrándome una bolsa de torreznos abierta de la cual ha caído uno a modo de señal divina.
Al cogerlo e introducirlo en mi boca lo he visto todo claro, he empezado a entender el código, por un momento toda la fuente de conocimiento del universo se ha materializado delante de mí y me ha rozado levemente permitiéndome conocer la verdad : TORREZNOS CON ALI-OLI.
Por supuesto, y confirmando una hipótesis (o más bien no desmintiendo) que lanzamos recientemente con unos amigos durante una cena: El ali-oli pega con todo, hasta con un Calipo.
1 comentario:
Leyendo este post deduzco que te llevas a la boca todo lo que encuentras a tu paso, como aquella lata de Aquarius Cola que te dieron por la calle y que indudablemente debió alterar tu sistema inmunológico convirtiéndote en un ser bondadoso por las noches. ¡Horreur!
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