He cambiado la dirección de mi blog

Éste es ya un vestigio del pasado. Visita
http://www.tiendadeultramarinos.es
y actualiza tus marcadores.

26 de junio de 2007

Una serenidad salvaje

Se estremece con el viento como la ultima hoja de un árbol que se muere. Dejo que oiga mis pasos. Se queda rígida un instante.
— ¿Quieres un cigarrillo?
— Claro, gracias. ¿Te aburren tanto como a mí?
— No he venido a divertirme, he venido por ti; llevo días observándote, eres muy deseable, no es tu rostro, ni tu físico, ni tu voz, son tus ojos, las cosas que veo en tus ojos…
— ¿Y que ves en mis ojos?
— Una serenidad salvaje, no quieres huir, afrontarás lo que tienes que afrontar, pero no quieres hacerlo sola…
— No, no quiero hacerlo yo sola…
El viento se eleva electrizante, ella es dulce y cálida, casi etérea, su perfume es una dulce promesa que hace aparecer lágrimas en mis ojos, le digo que no se preocupe, que la salvaré de cuanto la asuste y que la llevaré muy lejos.
Le digo que la quiero…
El silenciador hace del disparo un susurro y la abrazo fuerte hasta que se desvanece, ya nunca sabré de que huía, cobraré el cheque por la mañana…

20 de junio de 2007

Vital, feliz, humano

No es nada nuevo que uno de los cantantes más famosos y queridos por los españoles murió ayer. El Fary consiguió ganarse un hueco en el corazón de casi todo el mundo con su cante imitando a Rafael Farina, con su humildad y buen rollito. No hay nada nuevo en lo que cuento, así que no me enrollaré, pero leyendo EL PAÍS me ha llamado la atención que entre los tres artículos dedicados a Jose Luis Cantero, había uno de Santiago Segura en el que habla de su reación con él y cómo le conoció el día en que le pidió que le pusiera banda sonora a su película Torrente, el brazo tonto de la ley.

Increíblemente humano, con los ojos muy brillantes, una sonrisa amplia y contagiosa, vivaracho y divertido, así recuerdo a El Fary. La picardía personificada, la chulería simpática y bien entendida, el rey del requiebro golferas y salao, el más grande jugador de mus del condado, el dueño de un pedazo de voz que no pudo contener un taxi, El Fary fue quizá uno de los cantantes de copla más populares y queridos de todos los tiempos.

Le conocí el mismo día que hicimos una proyección privada para él y su representante de la película Torrente, el brazo tonto de la ley, yo estaba empeñado en que cantara una canción, que yo mismo había escrito para los títulos de crédito, Apatrullando la ciudad.

Se sentó justo detrás de mí. En la sala habría tan sólo unas 12 personas. A la película le faltaban aún efectos de sonido, el montaje no era el definitivo y yo realmente estaba muy nervioso. No tenía ni idea de cómo este hombre podría encajar el hecho de ser una deidad para un personaje tan excesivo y limítrofe como Torrente. La proyección fue muy bien. El Fary no paraba de reírse y de vez en cuando exclamaba: "¡Qué arte!". Al final me dijo que le había encantado y que estaba dispuesto a cantar la canción, pero que él no podía hacerlo al estilo Santiago Segura, que él tenía que hacerlo al estilo Fary. Ahí me quedé un poco confundido, pero enseguida me di cuenta de a qué se refería. En la maqueta que le habíamos enviado de la canción, la voz solista, a falta de algo mejor, la había puesto yo mismo. Me dio la risa y le dije que por supuesto tenía que hacerlo como sólo él sabía.

Lo siguiente que recuerdo es la felicidad absoluta que me produjo oírle cantar la canción cuando se grabó en el estudio. Es difícil de describir, El Fary estaba cantando mi canción.

También conseguí, gracias a su generosidad, que participara en Torrente 3, la última entrega de la saga. Allí, entre destellos de luz blanca y envuelto en un halo de divinidad, se aparecía al protagonista para aconsejarle y guiarle a modo de maestro yoda. Para mí fue un momento glorioso, el encuentro de Torrente con su ídolo en la pantalla, y el mío con un actor ocasional (me fascinaba su interpretación en la serie Menudo es mi padre, de Antena 3, me era difícil entender por qué aquel hombre sin ninguna formación actoral conseguía escenas de tanto brillo y emoción), pero con un estilo sencillo y contundente, que transmitía verdad, que transpiraba autenticidad en lo que decía.

Tampoco coincidí demasiado con él, algo que ahora me fastidia aún más, pero me gustaba mucho verle, siempre nos reíamos, siempre se preocupaba por sus hijos (que no sólo han heredado parte de su talento musical, sino también su sencillez y buen rollo), siempre tenía alguna broma que contar.

Me pongo triste si pienso que no está y se me ocurren gilipolleces como que estará alegrando a los ángeles del cielo con alguno de sus ritmillos, como que por qué siempre se van los mejores y que cómo es posible que el gasto militar en armamento sea siempre infinitamente superior al que se destina a la investigación y a la lucha contra el cáncer.

Se escribirán cientos de palabras, cientos de elogios sobre este hombre, este personaje querido y popular, muy natural, campechano y asequible, dotado de un increíble talento para cantar; se escribirán, espero, muchas y emotivas necrológicas; al final lo que quedará serán los sentimientos. Los sentimientos de alegría, de amor a la vida, de amor a su familia, de cercanía y complicidad. Los sentimientos que este hombre derrochaba. Un hombre con ojos brillantes y sonrisa amplia y contagiosa, pero, sobre todo, increíblemente humano.

Santiago Segura es director de cine.

8 de junio de 2007

Han desarticulado la RAE

Hoy en el foro que acostumbro a frecuentar, mi amigo Screamapillar, autor de Mitología de los Peces ha subido una viñeta de Forges que desconocía y que me ha encantado. En la respuesta adecuada hace aún más gracia que verla de por sí; aunque sin necesidad de ella también es brillante de por sí. Y más en los tiempos de ahora.
Como soy un tanto maniático de la escritura correcta —no hay más que ver a mi Jules Winfield en la parte superior del blog— me veo obligado a ponerla aquí.
Además me sirve como excusa para escribir algo y no dejar esto en la sequía que se está haciendo tan habitual.

5 de junio de 2007

Monkey Island SGAE

Hoy me he enterado de que he aprobado el examen que hice el viernes (el primero) con lo cual me quito una de las asignaturas más chungas de mi carrera: Electrónica Digital. Seis créditos que valen, en trabajo y esfuerzo, como quince. Por lo que me permitiré el lujo de poner un mensaje un un gif que llevo guardando en las pestañas de mi Firefox hace días.


Se trata del principio de una de las más famosas —y considerada de las mejores— aventuras gráficas que han existido: Monkey Island. El gif me lo envió un amigo por GTalk hace un par de días, así que no sé cuál es la fuente original.

Aprovechando esta entrada, ayer el mismo contacto me pasó una comparación entre el Monkey Island y la película basura Piratas del Caribe. Cualquiera que haya jugado al juego y visto la película (no hice esto último) puede darse cuenta de las notables similitudes entre ambos, y es que resulta que se basaron en el mismo libro —bastante desconocido— para elaborar tanto la aventura gráfica como el film. Esta novela es On Stranger Tides, de Tim Power.

Lo que más me ha gustado es la opinión de Roy Gilbert (diseñador de las dos primeras partes —las más alabadas— del juego):

«Cuando ví el último tráiler de la nueva película de Piratas del Caribe y pensé "Eh, yo esto lo he visto antes… No… Yo he jugado a esto antes… No… ¡Yo he diseñado esto antes!" Y pensé "¡Esto es la película de Monkey Island!" Sí, algo le han hecho a esa barba, pero ese es LeChuck, y para ser honesto, si se me hubiese ocurrido poner tentáculos de calamar en la barba, lo hubiese hecho.»

Y ya que estamos hablando de Roy Gilber, ayer entré en su blog y en el su penúltimo mensaje hablaba sobre las mejoras introducidas por el Maniac Mansion —diseñado también por él mismo— en el mundo de los videojuegos. He de recordar que el Maniac Mansion fue la aventura gráfica para que los muchachos de LucasArts —entonces LucasFilms— creó el SCUMM (Script Creation Utilitiy for Maniac Mansion) que más tarde se utilizó para los tres primeros Monkey Island, así como otras también famosísimas aventuras gráficas de la misma empresa como los Indiana Jones, los Sam&Max o El día del tentáculo.

Algunas de estas innovaciones son, por ejemplo, el scroll de los escenarios, las animaciones de los fondos, o cosas tan, en principio nimias, como que los personajes pasen por detrás de los objetos.

1 de junio de 2007

Acabo de viajar en el tiempo

O casi. Al menos la consecuencia directa es similar: acabo de ganar una hora. Y no, no he viajado hacia el Este ni nada parecido, aquí, sentado en mi cuarto. ¡Aviso a navegantes! Disclaimer: Esto va a ser una simple paja mental, así que no esperes encontrar los planos para construir una máquina del tiempo ni un condensador de fluzo para vuestro DeLorean.

Resulta que esta mañana he salido de un examen —tras un duro trabajo mental es normal que se ahora no rija bien— y fui a casa de un compañero de clase para terminar unas prácticas que hemos de entregar estos días. El caso es que he vuelto a la residencia, he revisado el correo y cuatro cosas más, he puesto en orden mis apuntes y organizado mi tiempo de estudio mentalmente para los exámenes de la semana que viene y me digo: Bueno, ya son las 2, así que a comer. Y, al mirar el reloj, he visto que tan solo era la 1.

En ese momento yo había hecho todo lo que tenía que hacer, estaba satisfecho y no necesitaba hacer nada más: había ajustado lo que tenía pendiente para ese momento; así que llegados a este punto y comprobar que era la 1, me sobraba una hora sin nada que hacer. Realmente estaba convencido de que eran las dos, pero ha resultado ser la una. Así, ahora tengo una hora más para hacer lo que quiera, de modo que he decidido aprovechar este tiempo de más para publicarlo aquí y decidir ahora qué más hago extra.

La única conclusión que puedo sacar es que he ganado una hora.